Los hilos tensores, son una técnica de medicina estética que crean tensión en la piel para evitar que se vea flácida, disimular las pequeñas arrugas, o elevar ciertas partes del rostro ; además, ayuda a generar la producción de colágeno y elastina, lo que mejora el aspecto de los tejidos, y activa la microcirculación de la zona, aumentando la síntesis de colágeno y la regeneración celular.
Este tipo de intervención se realiza de manera ambulatoria, con una pequeña dosis de anestesia local, de una forma rápida y poco invasiva y con una recuperación inmediata. Por ello, se ha puesto de moda como alternativa al lifting quirúrgico.
Para conseguir estos resultados se utilizan unos filamentos quirúrgicos que se colocan por debajo de la piel y que no se aprecian a simple vista.
Una de las principales características de los hilos es que son reabsorbibles y biocompatibles, los hay de diferentes grosores y longitudes –dependiendo de la zona a tratar, si es facial o corporal–, pero también se diferencian según el material del que están hechos, o su forma.
Existen diferentes tipos de hilos, están los de polidioxanona (PDO) o de ácido poliláctico, en cuanto al material con el que están hechos, y la diferencia entre ellos está en su duración. Los de PDO son absorbidos en unos tres meses y sus efectos duran entre nueve y 12 meses, mientras que los polilácticos son reintegrados por el organismo en unos seis meses, y sus efectos se mantienen entre un año y medio y dos años.
Tambie se pueden distinguir según su forma, si son lisos o espiculados –una especie de espinas bidireccionales que actúan como un ancla en la piel–. La diferencia en este caso depende de las necesidades que tenga el paciente, si es solo dar luminosidad o quitar arrugas finas se utilizarán los lisos, si la piel está caída, o se quieren levantar, por ejemplo, las mejillas, se utilizarán los espiculados.
Ponte en manos de profesionales para este tipo de tratamientos, confia siempre con un médico estético.
Clinica Medico estética Gala. Leganés.